Disfrazarse es una de las actividades preferidas en la infancia. Los disfraces, además de divertidos, son herramientas valiosas para el desarrollo debido a sus efectos positivos. No solo les permite convertirse en sus personajes favoritos, sino que también les ayuda a desarrollar su creatividad, confianza y habilidades sociales. Por eso, los disfraces desempeñan un papel importante en las ludotecas durante todo el año, no solo en época de carnavales.
Ayudan al desarrollo cognitivo
La interpretación de un personaje requiere concentrarse y recordar detalles del mismo, lo que contribuye a estimular la memoria y concentración.
Además, a través de los disfraces, pueden aprender sobre el mundo que les rodea, explorar diferentes épocas y culturas. Asimismo, desarrollan habilidades emocionales y sociales al interactuar con otros niños, niñas y adultos.
Estimulan la creatividad y la imaginación
Cuando crean su propia versión de un personaje o de una historia están explorando su creatividad e imaginación de manera activa.
Experimentar con diferentes personalidades y roles, no solo fomenta habilidades artísticas e interpretativas, sino que también puede ayudar a descubrir nuevos intereses y aptitudes.
Fortalecen la autoestima y la confianza
Un simple disfraz puede ser un instrumento poderoso por mejorar la autoestima y confianza en la infancia. La interpretación de un personaje puede hacerles sentir más seguros y poderosos, permitiéndoles explorar sobre su propia identidad.
Los elogios y aplausos que reciben por su creatividad les ayuda a sentirse valorados y apreciados, lo que contribuye positivamente a su desarrollo emocional.