Recibir directamente la luz del sol, al igual que el ejercicio diario como dar un paseo sencillamente, es una rutina que nuestra salud agradece. Y es que el sol es la forma más natural de que nuestro cuerpo reciba la vitamina D (o vitamina del sol) que necesita para mantener nuestro huesos fuerte y saludables. La edad, los cambios que se producen en el estilo de vida, no llevar un envejecimiento activo…; puede repercutir en la falta de esta vitamina.
Beneficios a la luz del sol
Los beneficios del sol son muchísimos, no solo a nivel físico sino también emocional:
- Hacer vida al aire libre sube el ánimo ya que estimula la serotonina, la hormona de la felicidad.
- Los huesos están más sanos ya que la vitamina D ayuda a absorber el calcio.
- Aumenta las defensas ya que puede aumentar la producción de glóbulos blancos.
- Disminuye el riesgo de contraer algunas enfermedades comunes.
- La luz solar reequilibra los ritmos circadianos ayudándonos a dormir mejor, entre otros…
En definitiva, un buen aliado para mantener una buena salud a largo plazo y envejecer de forma saludable.
… Siempre con precaución
Por supuesto, hay que evitar las horas centrales del día (de 12:00 a 16:00 horas) y usar cremas con factores de protección adecuados.
El tiempo de exposición en personas mayores se sitúa entre unos 15 o 20 minutos, tiempo suficiente para favorecer la calcificación de los huesos.
Es muy importante mantenerse hidratado en todo momento y también recomendable el uso de gafas y sombrero o gorra.
Si disfrutar del sol se complementa además con otras actividades que gusten como dar un paseo por el campo, estar en contacto con la naturaleza, etc., mejor que mejor.